Ya no queda voz, pero queda el canto

Cuatro meses esperándolo. Noche perfecta, luna de fondo y tren al costado como ancla a la realidad. De alguna manera, fue larga la espera pero valió la pena. Los Piojos robaron la palabra y hasta el sentimiento, pero por alguna razón que no vamos a analizar en esta ocasión (y, quizá nunca lo hagamos) se ha convertido en un Ritual terminar el año con esta clase de recitales.

Desafortunadamente y a pesar de la imperiosa necesidad de tener uno, La Renga canceló toda la gira de Algún Rayo para el 2011 (Ya están reprogramadas las fechas para el 2012 en la página oficial de la banda) y el último trimestre se veía negro en lo que respecta a recitales. Por suerte, apareció Emiliano Granados y compañía para ponerle ritmo, color y emoción a Diciembre.

Fue un recital raro en varios aspectos. Cuesta creer que recién a los 29 años y 11 meses pude disfrutar por primera vez un recital entre los tres.
Quizá sea un aspecto que a los demás no les interese, pero si hay algo que siempre me sorprendió de "nosotros" fue que siempre pudimos admirar y aprender del gusto musical del otro, para bien o para mal; y, que nunca hayamos congeniado para vivir eso, de a tres se podría decir que era como una especie de cuenta pendiente...

Pasadas las 9:15 PM, el recital dio inicio con su ya típico poder que caracteriza a la banda uruguaya. Porque es uruguaya, aunque su cantante haya nacido en Argentina, vivió un 90% de su vida en Uruguay, y todos los demás músicos son uruguayos... Tampoco nos vamos a poner a analizar (al menos hoy) porque tenemos esa característica de querer adjudicarnos los triunfos de otros. Repasaron sus siete álbumes con un mix del que nadie se pudo quejar. Hicieron temas que no habían hecho en sus presentaciones en La Plata (El Equilibrista), temas del primer álbum (Yrigoyen), grandes temas que hacía mucho tiempo que no se escuchaban (Poco) antes de llegar al momento bajón, el cual también hacia mucho que no se escuchaba...

Atrás quedaron esos "momentos bajón" en donde la gente se sentaba a escucharlos, como si fuera un recital informal, todos en silencio, disfrutando de esos acordes acústicos. Temas como No necesito nada, Clara, Memorias del Olvido. Cielo de un solo color quedó para después, aunque YO lo habría incluido en el Top Five de temas bajones de NTVG.

 

Ese vaiben de emociones me parece genial; inclusive porque es la principal característica de la banda: Te pueden hacer subir y bajar sin necesidad de sucumbir en la obviedad. Incluso, pueden hacer una canción dolorosa (Arde, Al Vacío, Rata, Tu Defecto es el mio) sin la necesidad de caer en el ritmo pop de una balada romántica y después, en el mismo momento tocar Fuera de Control y que todo el mundo salte de un lado para el otro. Por eso disfruto esos momentos, por eso creo que todo aquel que alguna vez quiera escuchar a la banda, debe hacerlo desde el momento mas neutro pero sentimental que exista.

Como dije, fue un recital raro; de primer momento y, previo a la salida de la banda, los carteles indicaban la salida de un nuevo DVD en vivo para el 2012, lo que hacía suponer que el show iba a tener todas las luces y fuegos artificiales acordes al mismo. Murga en vivo, cuarteto vocal y un popurrí de canciones que dejaron contentos a varios de nosotros. Entre el popurrí puedo recordar: El Oficial, Tirano, Mas Mejor, Te Quiero Mas, etc. También hubo tiempo para un tango (Naranjo en Flor) con bandoneon y todo (Lo que hacía suponer que tocarían después de muuucho tiempo Cielo de un Solo Color)

Alrededor de las 11:30 y, para terminar a todo color, la banda comenzó a desplegar sus (para mi) mejores temas: No Hay dolor, Mirarte a los ojos, Una Triste Melodía, Volar, Verte Reír, Con La Misma Vara y terminar con Te Voy a Llevar (Con ese estribillo que me emociona... )

Treinta y siete canciones en total (Sumando el bis) para lo que puedo catalogar como una noche mágica tanto personal, como musicalmente hablando para terminarla con los clásicos de siempre: Pensar y No Era Cierto.

Quizá, es una simple crisis de los 30. Quizá, todavía me emociona el hecho de haber participado del (probable) DVD en vivo de otra banda que ha tocado y el hecho de pensar de que mi voz, aunque no lo parezca y no se escuche, quedará por siempre retratada (?) en algún y pueda ser escuchada por generaciones siguientes a la nuestra. Quizá, fue simplemente lo que me generó que sea el primer recital de los tres, o simplemente es que necesitaba un poco de salto, grito y aplausos...

O simplemente, la música es una de esas drogas alucinógenas que me entrega lo que necesito, como combustible para el alma.