Regina Spektor - 6 de Octubre - Gran Rex

Todavía no me acostumbro a los recitales en el Gran Rex, hay algo extraño en ir a escuchar a una banda a un lugar cerrado, con butacas sentado. Si lo tengo que escribir sin filtro, tengo que decir que me molesta ir a un recital lleno de mujeres maquilladas como para una fiesta de la Embajada de Holanda, de tener a Mike Aminoguera (o como se escriba) adelante mio, o escuchar de las personas de atrás decir "pero en Nueva York (No New York) te lo comprás mas barato"; todo eso me deja un sabor amargo. Y si a eso le sumo un cartel con trescientas capas de photoshop en la cara de Cacho Castaña y otro de Cristian Castro con "La Nave Del Olvido" (Que dicho sea de paso, yo si fuera La Renga le haría juicio por matar una perfecta canción) el combo está casi completo.
Pero todo eso desaparece al sentarme en mi asiento y ver un piano de cola larga, negro y una batería; tengo la alta sensación de que va a ser un recital de esos que te van a llegar al corazón, cante la canción que cante y se olvide de la(s) canción(es) que querías escuchar, porque no hay mejor sonido que un piano (De hecho, lo hizo cambiar porque el primero que le pusieron no le gustaba el sonido).
Pasadas las diez de la noche, las luces se apagan y aparece ante nosotros, lo que parece ser una de las personas mas tímidas que vi en mi vida, introspectiva, dubitativa pero natural que la hacen especial, única, como su enorme voz y su sencillez para generar un clima celestial con un juego de luces y su voz.
El recital empezó tranquilo, con los primeros dos temas de su último trabajo Far y para mi sorpresa, cuando venía el mejor tema del disco se fue para Folding Chair y seguir así hasta terminar una seguidilla de ocho temas (Si no me falla la memoria) para que los otros integrantes (Violín, Chelo y Batería) la dejen sola para ofrecer un verdadero espectáculo.
Vuelvo a repetir, es impresionante ver como una persona tan tímida, que habla en voz baja ante el efusivo cariño del público, y que habla lo mínimo necesario y mira cuidadosamente adonde moverse antes de hacerlo, se transforma en el primer momento en el que la tecla de su piano produce sonido para despegar una voz tan clara, armoniosa y potente, digna de una persona con un caracter peculiar, vale la pena cualquier cosa que me podría haber molestado al principio del mismo.
El único punto flojo del recital, es que todos nos quedamos con un sabor amargo, esperábamos (¿Necesitábamos?) un poco más, aunque me di cuenta muchas cuadras después de que en realidad, esa voz nos transportó a una galaxia tan lejana y pacífica que nuestro ser se mantuvo como extraído de la realidad que nos tormenta día a día y que por un puñado de horas desapareció de nuestros corazones y nuestra mente.
Para completar un muy buen repertorio, Regina nos deleito con una canción a Cappella que hizo una vez muestra de la grandiosa voz que tiene y una version de That Time rasgando una guitarra impecablemente lustrada amarilla que aún resuena la palabra juicy en mi mente...
En el bis, no quedó duda de lo que estuvo reafirmando durante toda la noche: Puede tocar y cantar de manera excelente y que grabar un disco con ella debe ser la tarea más fácil del mundo: Pones REC, la sentás a que cante y te maravillas...

Canciones
The Calculation
Eet
Folding Chair
Machine
Laughing with
Better
Mary Ann
On the radio (A Cappella)
Dance Anthem of the 80´s
That time
Aprés Moi
Human of the Year
Poor Little Rich boy
Music Box
Man With a Thousand Faces

Bis
Samson
Us
Fidelity
Hotel Song